Un año más celebramos este 7 de octubre, Día Mundial por el Trabajo Decente, enmarcados en una profunda crisis económica y financiera a nivel mundial, que ha servido como pretexto para precarizar las condiciones de trabajo, destruir empleo, y degradar la vida de millones de personas y abocarlas a la pobreza.
En España el Gobierno está imponiendo medidas que empobrecen a pensionistas, trabajadores, empleados públicos y desmantelan el Estado de Bienestar recortando en servicios públicos básicos como la educación, la sanidad, la investigación o la justicia.
Por este motivo, es más necesario que nunca reclamar trabajo decente y políticas que estimulen el empleo, la actividad económica y la inversión productiva para salir de la crisis.